"La Asociación Civil Club Tinetense Residencia Asturiana es una asociación civil sin fines de lucro.
Haciendo un poco de historia podemos mencionar que, en 1982 el primer suceso que produjo una fuerte sensación y a su vez ésta disparó la actitud que debía tomar la colectividad, la atención enteramente comprometida a prestar ante las situaciones difíciles de sus integrantes ya mayores o imposibilitados. A esa altura, un porcentaje importante de los asturianos emigrantes eran de edad avanzada y no todos habían consolidado su vida familiar, social y económica. Puntualmente, el caso fue el de un asturiano oriundo de Tineo que se encontraba enfermo, sin la atención adecuada y en un lugar inconveniente para su estado; fue el grupo de paisanos que llegaron a visitarle el que tuvo la desagradable sensación y fue el mismo grupo el que tomó la actitud de sacarle de allí y llevarlo a un sanatorio, deseando se estuviera aún a tiempo de que mejorara.
Más allá de la suerte corrida por el tinetense, quedó firme en aquel grupo la idea de elaborar un plan de acción para contar con lugar, medios y esfuerzo humano que ayudaran a no repetir la mala experiencia. Al poco tiempo, el 5 de marzo de 1983, para plasmar la intención se reunieron en la histórica sede de Juventud Asturiana de Siero y Noreña en la calle Chile. Acordaron formalmente avanzar en la fundación de una institución que se llamaría Residencia Asturiana de Buenos Aires y poco después, el 17 de agosto del mismo año, se realizó el acto de presentación en ocasión de una comida organizada a tal efecto en el Campo Covadonga del Centro Asturiano de Buenos Aires, quien cedió ese lugar natural de encuentro de nuestra colectividad.
Poco tiempo después, se iniciaba la búsqueda del espacio donde funcionar. No había capital social para pensar en comprar, ni aparecían ofrecimientos por lugares en préstamo. Fueron los hijos de Tineo, como aquél del primer acontecimiento, los que demostraron la amplitud de espíritu y el patriotismo necesario, brindando su casa para albergar la obra a realizar. Su casa era la sede de Dorrego 1174 del Club Tinetense, institución fundada en 1932 , integrada por paisanos que durante décadas vivieron bailes, comidas, espectáculos, y que como tantas otras veía decaer su actividad al ir mermando la participación de sus socios ya mayores. Pero en lugar de entregarse a su suerte o resolver su situación de una manera menos digna, su Comisión Directiva abrazó el proyecto de Residencia Asturiana permitiéndole instalarse e ir adaptando el edificio a la ocupación habitacional que se necesitaba.
Y empezaron las obras, lentas, con trabajo propio y con el dinero que se recaudaba en banquetes, rifas, donaciones. Transcurrieron así los años desde 1984 a 1987. En el ínterin, el 12 de abril de 1986, mediante Acta de Fusión quedaban integradas ambas instituciones, formalizando su nueva identidad y consolidando su presencia en la colectividad.
A comienzos de 1988, estaba el segundo piso del edificio acondicionado para el ingreso de residentes, y el 10 de abril llegaban Don José Morán y Don Manuel Sánchez, ellos, los primeros, los que nos hicieron sentir que se podía.
El 12 de agosto de ese mismo año se expidió la Inspección General de Justicia, aprobando la reforma estatutaria que legalizaba la transformación en Asociación Civil Club Tinetense Residencia Asturiana.
En los años sucesivos se seguía avanzando en obras, ahora en el primer piso, y en cantidad de residentes, llegando al número máximo de veintisiete mientras se funcionó en ese solar (hasta 1997). Ya para entonces se había recibido ayuda financiera del Instituto Español de Emigración
Pero los logros obtenidos, el reconocimiento general y la afluencia de postulantes a ingresar, alentaron la idea de ampliar las instalaciones. Así, durante 1990 aparecía la oportunidad de anexar un inmueble muy cercano, casi lindero, el de Guevara 35, para lo cual se gestionó ante Solidaridad Internacional la obtención de fondos a ese fin. El 12 de marzo de 1991 se presentaba también el proyecto de obra. Gracias a la intervención de esta Organización por Con trato de Cooperación firmado el 19 de noviembre de 1991, llegaron las primeras partidas desde el Ministerio de Asuntos Sociales del Gobierno de España, que posibilitaron la compra escriturada el 17 de enero de 1992 con la presencia ratificando la misma del Sr. Agregado Laboral de la Embajada de España Don Javier Iborra Pastor. Inmediatamente (el 4 de abril) comenzaron los trabajos de construcción
Continuaba la vida de la institución repartida entre la atención a los residentes ubicados en el edificio de Dorrego y las obras en Guevara a medida que llegaban los fondos asignados durante 1993 a 1995. El 12 de febrero de 1996 se inauguraba el nuevo edificio y se ponían en marcha la instalación y funcionamiento de equipos y la adaptación del personal, realizándose tras las habilitaciones oficiales correspondientes la mudanza definitiva de residentes el 29 de marzo de 1997. Durante este período pudo contarse con la asistencia técnica y profesional de agentes del INSERSO aplicando su experiencia en instituciones similares en España.
Al transcurrir 1998 se completaba la capacidad (68) y se acumulaban en lista de espera cerca de 80 aspirantes; nuevamente el desafío de ampliar estaba en la mesa de reuniones de Directiva. Y otra vez una propiedad tentadora, Guevara 49, lindera y propicia para integrar un nuevo edificio. Se concretaba la compra el 20 de octubre de 1999 a afrontar con financiamiento propio, ayudas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y del Gobierno del Principado de Asturias. Con sacrificio y sin descuidar el funcionamiento regular, se fueron reuniendo durante 2000 y 2001 los fondos para la inversión en la segunda ampliación edilicia para 44 plazas más, iniciándose las obras el 30 de mayo de ese último año.
Después de una etapa rápida de levantamiento de la estructura hasta diciembre, se fue avanzando en el resto durante 2002 logrando la finalización en 2003. Ese año, el 12 de abril, inauguraba el edificio anexado.
De allí en adelante se comenzaban a tramitar como anteriormente las habilitaciones oficiales correspondientes, para poder ocupar funcionalmente el total del edificio e incorporar nuevos residentes.
También en 2003, ante la imperdible oportunidad de lograr la conexión del edificio sede original de Dorrego 1174 con el de Guevara 35 por los fondos de ambos, se adquiría el inmueble de Dorrego 1170 completando el conjunto que constituye nuestro actual predio.
De allí en más, logrado un nivel de infraestructura muy aceptable, la institución trata de concentrarse en la optimización de la atención a los residentes y en la consolidación profesional de su actividad específica.
Entre sus objetivos se encuentra los de fomentar lazos de fraternidad entre hijos de Asturias y residentes en esta República y sus asociados; fomentar por todos los medios lícitos, toda clase de deportes, proporcionar albergue en condiciones dignas a las personas de ambos sexos, de nacionalidad Argentina y Española; llevar a cabo todas aquellas actividades que sirvan al esparcimiento, la distracción y el enaltecimiento de sus residentes; asistencia medica física y psicológica, etc."

Después de dos años, los socios y amigos del Club Tinetense Residencia Asturiana, volvieron a encontrarse. Y, para proteger a los mayores que se alojan en la institución, el almuerzo no se realizó en la calle Guevara, sino en el Centro Cangas del Narcea.

Condujo el evento Trinidad Llaneza, quien agradeció la presencia de los comensales y su colaboración para seguir adelante en esta nueva etapa, en que la entidad es presidida por José Manuel Rodriguez. Seguidamente, pidió un minuto de silencio a la memoria de Gonzalo Miranda, Asociado Fundador, asociados, residentes, familiares y amigos de cada uno de los presentes, fallecidos durante la pandemia.
Agradeció al Presidente del Centro Cangas del Narcea, Carlos Ferré Rodriguez; a Alejandro y Gustavo, quienes prepararon la paella; a El Establo, Down Town Matias, Florida Garden, Panadería Fiore, Gastón Cadenas, Café Caravana, Puerta del Sol y Belén De Martino.
Destacó la presencia de tres residentes y sus familias y del Presidente de la Asociación Navia de Suarna, Roberto Alvarez Lopez.
Muy interesante fue el video institucional, en el que se pudo apreciar los avances logrados en la residencia gracias al esfuerzo desinteresado de quienes se comprometen día a día con sus raíces y con quienes necesitan ayuda.

Se contó con la actuación del Conjunto Pelayo de Manolo del Campo y su Banda de Gaitas, que dirige el gaitero Rafael Rodriguez Castro. Interpretaron el Himno Asturiano. Al mismo, cantado con emoción por todos, le siguieron la Xota de Lariegos, la Muiñeira de Tormaleo, el pasodoble de Fonsagrada, la milonga Azucar, Pimienta y Sal y el Saltón. No sólo hubo música. El director brindó una clara y detallada explicación acerca de la gaita, sus partes y la forma de ejecutar las melodías.

Llegó la hora de la paella, que realmente estaba exquisita; justo a punto y con generosidad de ingredientes, algo realmente dificil de lograr con un precio de tarjeta tan conveniente.

El flamante Presidente, José Manuel Rodriguez, presentó a algunos de los miembros de la Comisión Directiva, e invitó a quienes lo deseen a acercarse a colaborar, a asociarse; todo aporte es bienvenido. El manifestó: "Estamos hace poco en la Comisión Directiva, tratando de encaminar esta institución que atravesó un momento complicado sobre todo por el COVID y por la situación económica que estamos atravesando. Estamos tratando de hacer todo lo posible para que esta situación mejore, sobre todo pensando en el bienestar de nuestros residentes".
Con un repertorio selecto, Ariel Zamora y Soledad Espinosa hicieron emocionar, cantar y bailar. Hubo canciones para el emigrante, para Asturias, y una muy especial, en la que el autor -el mismo Zamora - se refiere a su predilección por la música española y a los motivos que tiene para interpretarla. Soledad, tan hermosa y gracil, acompañó con sus delicados movimientos esa bella voz que tiene Ariel. Aplausos para ellos.
Luego de las acostumbradas rifas, con un brindis se cerró este primer encuentro, al que seguirán muchos otros, siempre con el debido respeto por el protocolo y las normas sanitarias.


 
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