viernes, 10 de diciembre de 2021

Nuevo libro Araceli Jimenez

 

Araceli Jiménez Jiménez nació en Valdemoro de San Pedro Manrique, una localidad deshabitada de la provincia de Soria, Comunidad Autónoma de Castilla y León, España. Desde muy pequeña. vive en la Argentina, pero no ha olvidado sus raíces.
Le pregunto acerca de su emigración, y me responde:

"Mi familia cambio su pueblo natal, Valdemoro, por Buenos Aires. La despoblación, la falta de oportunidades y los aires de progreso que venían desde el Atlántico, impulsaron a mis padres Arcadio y Marcelina a probar fortuna hace ya medio siglo. En mi pueblo, Valdemoro, ya no habia progreso y se produjo un exodo rural que nos hizo cambiar nuestro rumbo. En el pueblo no quedaban mas de cuarenta vecinos y la vida, aunque era feliz, tenía que cambiar de alguna manera. Un 16 de Enero de 1959, la puerta de mi casa se cerró. Y al volver la mirada hacia atrás, nuestro pueblo quedo cubierto de nieve. Partimos con unas pocas maletas que mi padre mando a hacer con madera de cerezo; metimos algo de ropa, lana para nuestros colchones, una maquina de coser Alfa y un montón de sueños. Pasamos andando por algunos pueblos y terminamos en Barcelona; embarcamos en el vapor Salta, de la Compañia Argentina de Navegacion Dodero, los cinco hermanos: Jose Maria de veinte años - se habia salvado de la mili -, Ignacia de diecisiete años, Maria Josefa de once años y las gemelas Teresa y Araceli (yo) de nueve años. Mi hermana Esperanza, la pastora, ya estaba en Buenos Aires con un tío materno; ella tenía dieciocho años. Un 16 de Febrero llegamos al Puerto de Buenos Aires".




Sobre su motivación al escribir, afirma:
 "Nunca tuve profesor de escritura; tengo una vocación de escribir de todo lo que enriquece mi vida. Ya en Buenos Aires, escribía muchas cartas a mis familiares, y, cuando venía el cartero, era una fiesta ver esas letras de mis tíos y primos y saber de ellos. Atesoré y guardé en el cofre mas preciado muchos escritos de puño y letra que me mandaba mi tío Pablo, hermano de mi padre. Un día quise compartir todos mis escritos con mi familia y comencé a ordenarlos en mi computadora, con la ayuda de mi esposo que es gráfico. Así nació mi primer libro "Este es mi pueblo - VALDEMORO", en el que pinté en letras costumbres, anécdotas, nombre de vecinos, poesías, historias de pastores, etc.

Se propone mantener vivo el recuerdo de su corta vida en Valdemoro, "una infancia pura y llena de sueños. Y si de recuerdos se trata, vienen a mi memoria el perfume a violetas, el dulzor de las cerezas, las maguetas de las acequias, el ruido del agua que caía desde el Chorron, el balido de las ovejas, el rebuzno de los machos, ver el palomar en lo alto, las fiestas en las plazas, los domingos yendo a misa, las eras cosechando el trigo, los prados multicolores, el día de la matanza, el olor a pan recién cocido en el horno del pueblo y tantas cosas más".

Habla, escribe, piensa, sueña con su pueblo. Y ese amor se vuelve letra impresa: en su primer libro (2015) y en el que recién ha sido publicado: RECUERDOS - Altas Tierras de Soria. 

"RECUERDOS es un paseo por la geografia de los Pueblos de las Altas Tierras  de Soria. Un sin fin de emociones que mantienen vivos esos recuerdos" -nos dice-. Organizó esta nueva obra en seis partes. En la primera, se ocupa de la historia del pueblo en el que vio la luz y de algunos otros; en la segunda, hace "Un recorrido por pueblos de tierras altas de Soria".  A las "Costumbres y oficios en pueblos sorianos" se refiere la tercera. En la cuarta, esos mismos recuerdos visten otro ropaje - el de la lírica -, demostrando la versatilidad de la autora. Las dos últimas partes ofrecen un compendio de fotos bellísimas de Valdemoro y de las tierras altas de Soria, muy bien elegidas.

Con humildad, no incluye su nombre en la portada de la obra; sólo tres iniciales. Es que ella se presenta como compiladora, además de autora, ya que reúne documentos históricos y textos de varios autores, entre los que se destaca el escrito por María del Pilar Berzosa Esteban, Presidente del Centro Soriano Numancia. 

Celebramos la aparición de este libro, en el que se puede aprender mucho sobre historia, geografía y sociología. Pero lo más importante es, a nuestro criterio, que nos permite tomar contacto en un modo directo con las vivencias de una trasterrada; nos permite, a través de las evocaciones plenas de nostalgia y agradecimiento, conocer los paisajes y la gente soriana - tan abnegada y luchadora -, a veces vistos por la niña que Araceli fue, y otras veces, vistos por la escritora y docente que ha tenido la valiosa inquietud de no dejar que muera una historia que la trasciende.  

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